A. Proceso de certificación: ¿quién certifica?
A partir del 1 de enero de 2025, sólo los organismos de control reconocidos formalmente por la UE podrán certificar el cacao ecológico destinado a Europa. Esto sustituye al antiguo modelo de "equivalencia", según el cual las certificadoras nacionales o privadas podían emitir certificados válidos siempre que se ajustaran en líneas generales a las normas de la UE. Ahora, el pleno cumplimiento de las normas de la UE no es negociable.
Para los propios organismos de certificación, el listón ha subido. Durante la transición, varios de ellos se enfrentaron a la incertidumbre sobre su reconocimiento. Algunos obtuvieron la aprobación, mientras que otros fueron suspendidos, dejando a los exportadores y cooperativas atrapados en el limbo, incapaces de confirmar envíos, firmar contratos o planificar eficazmente durante los meses críticos de la cosecha.
B. Verificación de productos: pruebas más estrictas y frecuentes
La certificación ya no se basa únicamente en auditorías y papeleo. Ahora se basa también en pruebas directas de los lotes de cacao. Las pruebas de residuos son más frecuentes, más precisas y a menudo se llevan a cabo con tecnología de laboratorio de vanguardia capaz de detectar incluso trazas de contaminación.
Para mantener la certificación, las empresas deben tomar regularmente muestras de cacao, enviarlas a laboratorios acreditados por la UE y esperar una o dos semanas a recibir los resultados. Estas pruebas son obligatorias para superar las auditorías de organismos de control reconocidos. Aunque esto refuerza la integridad del cacao ecológico, también introduce retrasos, cargas administrativas y costes más elevados, que se notan sobre todo en las cadenas de suministro de los pequeños agricultores.
➤ Impactos en toda la cadena de valor
- Las interrupciones en la certificación han creado cuellos de botella en toda la cadena de suministro. El flujo de caja se ve limitado, ya que los productores no pueden facturar ni realizar envíos mientras esperan los resultados del laboratorio.
- En mercados volátiles, un retraso de 1-2 semanas puede empujar a los productores a saltarse la certificación por completo para vender rápidamente y asegurar el precio.
- Los costes administrativos y de análisis están erosionando unos márgenes ya de por sí escasos.
- La constante necesidad de demostrar la condición ecológica en cada etapa hace que el cumplimiento, e incluso la supervivencia, sea más difícil para las cadenas de suministro de los pequeños agricultores.







